Una de las formas más sencillas para que Windows 10 se inicie rápido es deshabilitar aplicaciones que se ejecutan inmediatamente después del arranque.
En Windows 10 puedes abrir el Administrador de tareas presionando CTRL + ALT + SUPR
Si no aparece la lista hay que expandir el Administrador de tareas para que muestre las aplicaciones que estás ejecutando en ese momento. Pulsa en Más detalles.
Ahora selecciona la pestaña Inicio y encontraras la lista de todos los programas.